TEMPERATURA
No sometas tu reloj a temperaturas extremas. Exponerlo a ellas puede reducir la vida de la pila y afectar a la viscosidad de los lubricantes. Los relojes, tanto mecánicos como de cuarzo, son sensibles a los cambios drásticos de temperatura.
DEPORTE
Te recomendamos no llevar puesto el reloj durante la práctica de actividades deportivas como tennis, golf o excursiones en bicicleta de montaña, a fin de protegerlo de vibraciones que podrían dañar el movimiento.
PRODUCTOS QUÍMICOS
En la medida de lo posible, evitá cualquier contacto directo del reloj con disolventes y detergentes industriales o domésticos, además de cosméticos y perfumes. Estos productos pueden dañar las juntas y alterar el aspecto de los brazaletes y las cajas.
MAGNETISMO
Colocar el reloj cerca de dispositivos electrónicos con campos magnéticos potentes puede afectar el funcionamiento del mismo. En los relojes de cuarzo el efecto del campo magnético es breve y se limitará únicamente al tiempo que permanezca en él. Sin embargo, los relojes mecánicos son más delicados en este aspecto y los efectos pueden ser más sensibles.
RESISTENCIA AL AGUA
La hermeticidad de un reloj lo protege del movimiento de polvo, la humedad y de cualquier deterioro cuando se sumerge completamente en agua. El envejecimiento natural de las juntas, el desgaste (en los modelos de cuerda manual) o los choques accidentales que sufre la corona, pueden deteriorar considerablemente este aspecto. Por eso, te recomendamos comprobar la hermeticidad aproximadamente cada 12 meses (de ser posible, antes de las vacaciones de verano).